Segundo Cuatrimestre de la Práctica del Profesorado
Taller de Educación Sexual Integral






En esta ocasión, el taller se realizó en la Escuela Técnica 26: la Escuela de la Confederación Suiza.

El curso que participó del taller fue el 1º segunda, compuesto principalmente por hombres, siendo 23 alumnos varones y 7 mujeres. Asistimos en la franja horaria de la mañana.


Observación:

La observación se realizó en una ocasión, asistiendo a una clase de educación cívica. 
Empezamos un poco atropelladamente, ya que la regente se había confundido con el día en el cual asistiríamos y nos trató de mal modo. No obstante, al terminar, cuando notó su error, volvió a mostrarse amable.

El aula en el cual se realizaron las actividades fue en el tercer piso, pequeña, entrábamos ajustados.
Los alumnos eran bastante tranquilos. Incluso para ser irrespetuosos, eran tranquilos. En los momentos en los cuales no prestaban atención, únicamente utilizaban la computadora o miraban el techo. En ningún momento fueron ruidosos o nos faltaron el respeto.

El primer taller
La dinámica fue parecida a como fue en el caso de la educación superior. Sofía lideró los inicios de las clases y las consignas. Mi rol siempre fue más secundario. Principalmente, en el primer taller, donde mientras Sofía realizaba la presentación, yo colgaba los afiches, ponía la computadora, conectaba el audio, etc. Tuvimos un percance debido a que el audio no funcionó (por alguna razón, mis parlantes y mi compu no son tan compatibles.
Los chicos prestaron bastante atención y participaron, principalmente los delegados.
Personalmente me noté mucho menos nervioso que en los talleres de educación superior. No me preocupaba en lo más mínimo estar al frente de una clase. Intuyo que se debe a que los temas a tratar los manejo con mucha más facilidad (me es infinitamente más sencillo estar al frente de un aula hablando de temas como el género, la violencia de género o la sexualidad, que de Piaget o repetir textos ajenos). 
Para mi sorpresa, subestimé mucho a los chicos, lo cual fue una grata sorpresa. Aunque quise transmitirlo, creo que no quedó claro. Es genial que para ellos sean temas comunes el hablar de género o de sexualidad de forma tan libre. Recuerdo cuando yo tenía su edad (hace poco más de 10 años), hablar de divorcio aún era algo complicado o mal visto. Y en la escuela se hablaba poco y nada de sexo. Ver esta situación fue genial.
La mitad de la cursada participaba. Y había algunos chicos puntuales que hacían de la clase algo muy cómodo, ya que jamás dejaban de responder. Y, en lineas generales, se animaban a participar. Un grupo de aproximadamente 5 varones se negaban a participar. Sin embargo, no eran irrespetuosos, ya que al hablar con ellos, mostraban haber entendido la consigna y respondían. Pero, al momento de dar explicaciones más de índole expositiva, se ponían a jugar.

El segundo taller
La complicación que se presentó en este taller fue más del lado de la pareja pedagógica. Luego de los desencuentros, no hubo forma de ponerse de acuerdo. Sin embargo, los talleres se llevaron adelante con normalidad. Incluso, los talleres salieron mejor que antes.
Este segundo taller consistió en mitos sexuales (entre los cuales se mecharon algunos temas de violencia de género o métodos de protección, que de algún modo sentimos que habían quedado flojos en el taller anterior, o que queríamos que tuvieran pendiente para el siguiente encuentro).
En este taller, aunque fueron más participativos, el nivel de interés me pareció mucho menor. Claramente, los chicos no estaban tan interesados en este tipo de situaciones.

El tercer taller
Me pareció una experiencia muy interesante. Hablamos de enfermedades de transmisión sexual y cómo utilizar métodos anticonceptivos. La primera parte del encuentro fue muy expositivo de nuestra parte. Al principio, principalmente, no sólo había pocos alumnos, sino que no mostraban interés. Para peor, se quedó la profesora de matemática, que nos hablaba de cerca, en voz baja, como separándonos del encuentro con los chicos. Particularmente, hubiera preferido que este docente no estuviera. No por incomodidad, sino porque restaba más de lo que sumaba (si hubiera hablado en voz alta, hubiera sido un aporte interesante).
Al principio, la charla fue muy unilateral, aunque conocían los nombres de enfermedades de transmisión sexual, no sabían explicarlas mucho. No obstante, tuvimos que hacer con Sofía una "bajada a tierra". Hablar tan abstractamente de enfermedades parecía no darle la dimensión que merecía (tan abstracto como hablar de historia o algún mal en África, no parecían sentirse involucrados). El taller pasó a hablarse más en tono cotidiano. Contando anécdotas propias o conocidos que pasaron por situaciones de enfermedades de transmisión sexual. La docente de matemáticas pareció verse incómoda.
Luego, vinculamos esto con el cuidado sexual. Acá nos volvimos más "terrenales" (por llamarle de algún modo) aún. Las explicaciones pasaron a ser más un "situaciones del día a día". Por ejemplo, "sí, chicos, ponerse un preservativo puede ser incómodo. Hay que cortar con la situación, lo cual puede ser molesto. Hay que buscar un preservativo, que si no lo dejaste en la mesita de luz te puede hacer irte a otra habitación. Hay que ver cómo ponérselo bien, controlar, se pierde quizás un minuto. Es molesto. Pero seamos sinceros, es mucho más molesto después tener que ir periódicamente al médico a que nos quemen verrugas en las partes del cuerpo que más nos duelen... O tener que estar un mes haciéndonos la cabeza sobre si hay o no embarazo". En este caso, los chicos parecieron más interesados. No sé si por la temática, o porque de algún modo cortamos la distancia y la situación fue abordada de otro modo. Aunque no fue planificado en la pareja de antemano, ambos nos dirigimos a casos muy concretos, sin abstracciones.
Sofía explicó paso por paso cómo se pone un preservativo, incluso había llevado folletos explicando cómo se realiza. No obstante, siempre hay pasos que los folletos no dejan del todo claros, como asegurarse de la indemnidad del paquete (ya que si el paquete está dañado, muy seguramente el preservativo lo esté) o asegurarse de colocar el preservativo del lado correcto. Acá teníamos completamente su atención. Entre la explicación, y ver que teníamos "dos perfumes" con forma claramente fálica, nadie estaba distraído ("Profe, esta clase es muy turbia... ahí hay dos perfumes"). Era interesante ver cómo se reían ante expresiones como "menstruación" o "masturbarse". Incluso si el tema no les causaba gracia. Pareciera haber algún imperativo social de "hay que reírse cuando se habla de sexo, como si fuera algo incómodo". Luego, pusimos un preservativo en clase a los desodorantes. Todos miraron con atención. Nadie quiso, sin embargo, practicar hacerlo.
A continuación, pasamos a repartir las consignas y a repartir los preservativos.

Al llegar el recreo, sin embargo, casi todos los varones se acercaron a probar ponerle un preservativo a los desodorantes (que terminaron tan lubricados que era imposible sostenerlos sin que se caigan). Nos despidieron muy bien.

Generalidades del taller:
Trabajar con chicos de secundaria es distinto, aunque no tanto, a lo que fue trabajar con los chicos del Joaquín V. González. Debo admitir que me sentí más cómodo con estos últimos. 
Los chicos del profesorado son menos honestos respecto de prestar o no atención. Aunque no les interesaba de qué habláramos, fingían hacerlo. Es interesante ver cómo el pasaje de secundario a terciario no hace tanta diferencia en lo conductual en el aula. Quizás hacen "menos lío", pero la atención funcionaba parecido. El vínculo me pareció mucho más cercano con los chicos de secundaria que con los del terciario.
Los chicos de secundaria, aunque no nos prestaran atención al principio, todas las veces nos preguntaron cuándo volveríamos, o si nos quedaríamos la próxima hora. Nos daban a entender que preferían el taller con nosotros a tener clases habitualmente.
Por otro lado, el trabajo con Sofía continuó siendo cómodo, más allá de los desencuentros. 

Conclusión:Creo que confirmo algo que en algún momento noté respecto de mi propio desempeño. Soy un mucho mejor docente si es un tema que domino con relativa facilidad, como cómo utilizar métodos anticonceptivos, o cuestiones de género, que cuando es un tema que no manejo completamente (como saber un texto escrito por otra persona). Gran parte de mi "ser estructurado" parece deberse a mi necesidad de ser "purista" con las fuentes. Por ejemplo, puedo no saber responder ante una pregunta sobre Piaget, porque quisiera responder según qué diría Piaget. No así si me hacen una pregunta sobre cómo conseguir preservativos, o qué tipo de situación puede encontrarse uno al estar con una persona que no quiere usar métodos anticonceptivos. Sin embargo, sigo sosteniendo que la docencia no es una de mis metas en la vida. He llegado a disfrutarlo en el momento, por ejemplo, explicando por qué cuestiones de género son importantes (como comentando la muerte prematura de personas travestis a causa de violencia) o cómo colocar un preservativo.  Pero no me veo dedicándome a planificar clases y ayudar al aprendizaje de conocimientos. Pero, si lo hiciera, y tuviera que elegir entre el nivel superior y el medio, claramente elegiría el medio.

Por otro lado, pero más allá de la práctica, sino que también considerando la asistencia a clases, mi forma de ver o entender una clase es bastante distinta. Acostumbrado a las exposiciones magistrales (que si bien es un pecado que ocurre en Psicología, en Derecho es regla general e inviolable, los abogados se creen dioses más o menos), ahora veo lo poco convenientes que son y lo arraigado que lo tenemos. En Abogacía incluso los bancos parecen de iglesia, o sea, aunque se quisiera, ni siquiera es posible hacer una clase en ronda. 
Por otro lado, veo, principalmente, las evaluaciones como algo distinto. Las entiendo como un paso más en el proceso de aprender, y no como una necesidad de acreditación ineludible, como lo vi hasta ahora.  

También, me conozco mejor a mí. Sé que si tuviera que llevar adelante clases, la forma en que más cómodo me sentiría es preparando enormemente el contenido teórico de las clases, y siendo acompañado por una diapositiva de powerpoint/prezi, que sirva de apoyo para guiar la clase.




Comentarios

  1. Lamento que hayan tenido problemas en la pareja pedagógica, pero por otro lado es importante resaltar que pudieron salir adelante y finalizar el dictado de los talleres sin inconvenientes...Ser flexible y adaptarse a las situaciones que no teníamos previstas es una aptitud sumamente importante y necesaria.

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  2. Me parece muy bueno el recurso de "bajar" los contenidos al terreno de lo concreto, haciendo uso de ejemplos de personas a las que les pasó contraer una ETS, o lo poco divertido de tener que estar preocupandose un mes por un posible embarazo no planificado. Evitando así entrar en un terreno de lo moral o lo que "se debe" hacer. Me pasa lo mismo respecto a dar clases de un tema que siento que no domino, en un nivel Universitario, donde uno tiene que dominar los temas a otro nivel. Creo que es una cuestión de perfeccionismo de uno, que puede ayudar a que uno sea mejor docente en la medida en que no se lleve a un extremo (perfeccionismo desadaptativo :P ) Espero que te animes a seguir probando con la docencia... besos y exitos!!

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  3. Celebro que hayan podido conciliar con tu pareja pedagógica para poder terminar los talleres. Pienso en la cantidad de veces que lidiamos con diferencias en la vida misma y al fin lo importante de todo es salir airoso de ellas.
    Comparto plenamente lo arraigado que tenemos las clases magistrales y valoro las estrategias posibles aprendidas. También comparto el hecho de conocer un poco mas acerca de mi. Creo que el paso por el profesorado para los que nunca dimos clases funcionó a modo perfecto de entrenamiento, a modo de ponerse a prueba, de preparar el rol posible.
    Suerte en todo lo que viene!!

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  4. La bajada a tierra como dice Matías fue clave. Y siento a veces que también que fuéramos "jóvenes" generaba otro tipo de vinculo con los chicos. O tal vez era una distensión que teníamos en nuestro trato con ellos. Observé mucho en los profesores cuyas horas tomábamos una distancia, no sé si asimetría, pero si distancia emocional muy grande, en algunas casos a veces innecesaria. Creo que para "llegar" esto es más importante que el contenido o las estrategias formales.

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  5. Tal como lo expresa Karina y vos, lamentablemente hubo desencuentros en la pareja pedagógica, pero destaco que a pesar de eso pudieron continuar dando los talleres y eso es muy importante en el trabajo grupal. Como lo expresa Yanina, en la vida cotidiana tenemos diferencias en distintos ámbitos pero el desafío está en poder conciliar esas diferencias y poder dar lo mejor, como lo describís vos. Y como comentan Erika y Sofía considero que estuvo buenísimo el poder bajar a tierra, comentando distintas experiencias, a modo de concientizar a los chicos en el cuidado y prevención de las ETS. Mucha suerte en lo que viene!!!

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  6. Mati! Cuantos momentos no planificados que desafiaron tu experiencia! Pero un poco de esto se trata. EXPERIENCIAR Y EXPERIMENTAR NOS en nuevas situaciones explorando nuestros recursos trabajados durante el año e implementar otros nuevos!.
    Mucha suerte en todo lo que se viene doc!!!!

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  7. Que bien el conocimiento y honestidad personal, sobre la docencia, las clases, los roles.
    En especial en el primer taller, la escritura transmite la incomodidad que parece haberse sentido en el aula.
    Destaco el debate en torno a la atención de los estudiantes, y la prioridad puesta en actividades que logren captarla.

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  8. Qué importante poder pensarnos en nuestras virtudes y en nuestras dificultades para afrontar esta tarea. Sortear los desencuentros con tu compañera debe haber sido un gran aprendizaje en sí mismo. Luego pensar en cómo hacer aterrizar los contenidos creo que es fundamental para que la enseñanza sea significativa y lo más exitosa posible.

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  9. Matías, ¿seguís pensando que no vas a ser docente? Valoro mucho tu sinceridad para reconocer tus dificultades y virtudes. Hiciste un gran progreso en relación al vínculo con los estudiantes, esto que comentas de los chicos de la técnica no hubiese pasado si vos no te posicionabas desde un lugar menos rígido, estructurado y distante.

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  10. Como le escribí arupo Sofi, me parece importante que hayan podido ver las características del grupo y que las hayan tomado para enriquecer las planificaciones. También son valiosos los "descubrimientos" que fuiste haciendo sobre tu rol como docente a medida que avanzaban los encuentros. Éxitos Mati!!

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